El eje del trabajo clínico es la comprensión del proceso evolutivo de la Conciencia.

El espíritu podrá volar hasta el cielo, pero el alma,

ella tiene que ir a sus profundidades, al fondo de sí misma.

Rhoda Lerman


Como abordaje holístico (integral) del Ser centra su tarea en el estudio, investigación y trabajo con la Conciencia en sus distintos niveles de manifestación.

Así entonces crea un contexto para favorecer el ingreso a estados no ordinarios de conciencia (aquellos diferentes del habitual).

El proceso de trabajo compromete todos los niveles de la persona: físico, emocional, mental y espiritual.

Aprender a moverse hacia nuevos territorios es acceder a una mayor comprensión sobre la verdadera naturaleza de quienes somos.

La activación del proceso de auto-conocimiento origina la condición necesaria para la exploración de las regiones interiores todavía inexploradas.

Estas zonas temidas desde el mismo desconocimiento son portadoras de una potente energía que espera con prontitud ser liberada a favor del crecimiento y la evolución.

jueves, 13 de diciembre de 2012

''Memoria de las arenas''- Sutul Naré - 3º parte

Con los últimos minutos de luz de la jornada me siento y escribo…Otro día de marcha por este desierto. Creo que estoy vivo y solo lo creo porque hay algo más grande que yo a mí alrededor que ya no está fuera de mi, me atraviesa, me erosiona el contorno como la arena que golpea en mi rostro con la fuerza del viento y me quita las formas y los limites.
Con las dudas de seguir con vida un día más si no encuentro agua desaparecen todas las demás y se hace claro como funciona la ilusión a diario.
Aquí lo indescriptible define los paisajes y mi pluma no encuentra las palabras que los abarquen, que los atrapen en una eternidad sin tiempo.
 Descubro la trampa –una vez más- de querer seguir poseyendo aunque más no sea con la mirada y reconozco la pretensión oculta detrás de este hecho. No es la inocente escusa de recordar este lugar, es solo la inercia de lo que he aprendido. Avalar la continuidad que enmascara el temor de descubrir la verdad de una realidad que se da forma solo en mi mente y se reafirma en mi dialogo silencioso. Solo esto es lo que impide.
Hay algo de paradoja en este desierto, que cambia, se mueve, se transforma y es eterno en su presente y su presencia. Hay algo de metáfora en el, que es como la consciencia despierta que habita en un presente continuo que eterniza el segundo y a la vez lo renueva sin cesar.
Paisajes eternos mientras duran…Casi con culpa los guardo en mi memoria y me justifico de incapaz por no poder plasmar estas imágenes. Es raro ver eternidades cambiando de a segundos.
Miro a mí alrededor y veo… Solo la belleza y el silencio de este lugar son más grandes que mi cansancio y me arrebatan de toda la miseria.
Veo en mí la finitud, lo pequeño, lo fragmentado, lo polar y descubro tembloroso que es solo un reflejo de la pequeña mente que aquí no encuentra espejo. Descubro, que no hay reflejo que me devuelva la mirada y se me hace evidente haberme vaciado más no ser vacío.
Ahora la luna es una promesa y las primeras estrellas se insinúan a despecho del sol que parece tener tanta certeza, yo no la tengo.
Un viento arrachado me castiga la piel con granos de arena que se sienten helados, pronto el frío y la oscuridad no me dejarán escribir, la luz se va y ya no importa…Si mañana muriese aquí y me blanquearan los huesos las arenas ya no siento duda ni temor alguno, la duda y el temor que supe tener eran la ausencia de dios en mi corazón

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