El eje del trabajo clínico es la comprensión del proceso evolutivo de la Conciencia.

El espíritu podrá volar hasta el cielo, pero el alma,

ella tiene que ir a sus profundidades, al fondo de sí misma.

Rhoda Lerman


Como abordaje holístico (integral) del Ser centra su tarea en el estudio, investigación y trabajo con la Conciencia en sus distintos niveles de manifestación.

Así entonces crea un contexto para favorecer el ingreso a estados no ordinarios de conciencia (aquellos diferentes del habitual).

El proceso de trabajo compromete todos los niveles de la persona: físico, emocional, mental y espiritual.

Aprender a moverse hacia nuevos territorios es acceder a una mayor comprensión sobre la verdadera naturaleza de quienes somos.

La activación del proceso de auto-conocimiento origina la condición necesaria para la exploración de las regiones interiores todavía inexploradas.

Estas zonas temidas desde el mismo desconocimiento son portadoras de una potente energía que espera con prontitud ser liberada a favor del crecimiento y la evolución.

sábado, 28 de julio de 2018

Nuestras memorias

Los mares de la psiquis conservan la sabiduría ancestral de la Gran Madre. El camino espiritual de toda mujer es emerger de la cotidianidad y bucear en la profundidad del océano vital.
     Nuestras vivencias acurrucadas en el corazón de la vida son nuestras memorias del alma.
Cual rito iniciático, que despabila y sacude toda somnolencia, ellas despiertan para recordarnos que  sostienen cada inicio en el campo de la conciencia.


  El sistema de valores, regido por el poderío racional, afectó el acercamiento  a lo sagrado y al  mundo de significados.
      En los dominios profundos del  alma no hay información  sino conocimiento. Las memorias  que moran en la vastedad  del psiquismo  no responden a la capacidad de recordar de la mente.
  Su voz se recibe cuando los pensamientos  se aletargan  y toda nueva experiencia nos lleva más allá de los confines admitidos  por la razón.
     Las aguas sagradas del  alma conservan y custodian los tesoros  adquiridos en  nuestro recorrido álmico.
     El conocimiento profundo es libre de interferencias, de pautas externas, de análisis especulativo.  Los aspectos críticos, punitivos y condenatorios, no tienen  espacio ni validez. 
Por ello cada experiencia vital es fuente de conocimiento. Trasciende el plano mental y los límites de la cotidianidad .El germen de la verdad  habita en su esencia.

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