Ahora, pequeño, quisiera orientarte:
mi agente viajero llegará a cobrarte.
Será un niño tuyo: gota de tu sangre,
presentará un cheque de cien mil afanes...
Llegará a cobrarte y entonces, mi niño
como un hombre honrado a tu propio
hijo deberás pagarle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario