Un soldado estaba enamorado.
Aunque no fuera su turno de guardia, no descansaba.
Finalmente un amigo rogó que durmiera algunas horas. El soldado dijo: Soy un centinela, y estoy enamorado.
¿Como podría descansar?.
Cada noche el amor me pone a prueba, y de este modo puedo permanecer despierto vigilando el fuerte.
Este amor es un amigo para el centinela, porque el estado de alerta se hace carne en él; el que llega a un estado tal estará siempre en guardia.
No duermas hombre, si buscas conocerte a ti mismo.
Vigila bien la fortaleza de tu corazón, porque por todas partes hay ladrones acechando.
No permitas que bandidos roben la joya que posees.
El verdadero conocimiento llega al que puede permanecer despierto.
El que vigila con paciencia, se dará cuenta cuando Dios se acerca.
Los amantes de verdad, los que están dispuestos a rendirse a la embriaguez del amor, se unen.
El que posee amor espiritual tiene en su poder las llaves de los dos mundos.
Si es mujer se torna hombre; y si es hombre se torna océano profundo.
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