El eje del trabajo clínico es la comprensión del proceso evolutivo de la Conciencia.

El espíritu podrá volar hasta el cielo, pero el alma,

ella tiene que ir a sus profundidades, al fondo de sí misma.

Rhoda Lerman


Como abordaje holístico (integral) del Ser centra su tarea en el estudio, investigación y trabajo con la Conciencia en sus distintos niveles de manifestación.

Así entonces crea un contexto para favorecer el ingreso a estados no ordinarios de conciencia (aquellos diferentes del habitual).

El proceso de trabajo compromete todos los niveles de la persona: físico, emocional, mental y espiritual.

Aprender a moverse hacia nuevos territorios es acceder a una mayor comprensión sobre la verdadera naturaleza de quienes somos.

La activación del proceso de auto-conocimiento origina la condición necesaria para la exploración de las regiones interiores todavía inexploradas.

Estas zonas temidas desde el mismo desconocimiento son portadoras de una potente energía que espera con prontitud ser liberada a favor del crecimiento y la evolución.

domingo, 19 de abril de 2015

Thich Nhat Hanh


"Cuando el dolor, el displacer, la rabia y la desesperación se hacen más fuertes y más grandes, empujan para hacerse espacio en la conciencia mental, en la sala de estar, para reclamar nuestra atención.

 Estos bloques de dolor desean emerger, pero nosotros no queremos, porque su presencia nos provoca un gran malestar.

No teniendo deseo alguno de reunirnos con ellos, buscamos llenar la habitación con otros huéspedes: tomar un libro, encender la TV, ir a dar un paseo en auto... cualquier cosa para mantener ocupada la sala.

Abrazar nuestro dolor y nuestro malestar con la energía de la atención, de la presencia, es exactamente cómo masajear la conciencia en lugar del cuerpo.

Cuando quitamos los bloqueos los dolores afloran y entonces sufrimos por lo menos un poco, no hay manera de evitarlo. Tenemos que aprender a aceptar, a abrazar este dolor. Una vez que hayamos abrazado por algún tiempo nuestros dolores, ellos volverán a la bodega y se transformarán en semillas.

Si invitamos a la semilla del miedo a presentarse, también estamos mejor preparados para cuidar de la rabia.
Es el temor el generador de la rabia, cuando estamos con miedo no estamos en paz y este estado se convierte en el suelo propicio donde, donde la ira puede crecer.

El temor se basa en la ignorancia, la falta de comprensión clara.

Sumerge cada día tu ira, tu desesperación, tu miedo en un baño de presencia mental : la práctica de invitar a las semillas a abrazarlas diariamente es muy saludable.

Después de varios días o semanas de esta práctica, se genera una buena circulación en tu psiquis. La atención, la presencia, funciona como un masaje en la formación interna de los bloques de sufrimiento. Estos deben poder circular libremente en tu interior; sólo se puede hacer esto si no tienes miedo.

Si aprendes a no tener miedo de tus nodos de sufrimiento, puedes también a aprender a abrazarlos con la energía de la conciencia y transformarlos “.

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