El eje del trabajo clínico es la comprensión del proceso evolutivo de la Conciencia.

El espíritu podrá volar hasta el cielo, pero el alma,

ella tiene que ir a sus profundidades, al fondo de sí misma.

Rhoda Lerman


Como abordaje holístico (integral) del Ser centra su tarea en el estudio, investigación y trabajo con la Conciencia en sus distintos niveles de manifestación.

Así entonces crea un contexto para favorecer el ingreso a estados no ordinarios de conciencia (aquellos diferentes del habitual).

El proceso de trabajo compromete todos los niveles de la persona: físico, emocional, mental y espiritual.

Aprender a moverse hacia nuevos territorios es acceder a una mayor comprensión sobre la verdadera naturaleza de quienes somos.

La activación del proceso de auto-conocimiento origina la condición necesaria para la exploración de las regiones interiores todavía inexploradas.

Estas zonas temidas desde el mismo desconocimiento son portadoras de una potente energía que espera con prontitud ser liberada a favor del crecimiento y la evolución.

lunes, 23 de febrero de 2015

Carol S. Pearson


Sin amor el Alma no se involucra con la vida. La primera tarea del infante es unirse a algo o a alguien, inicialmente un progenitor o un sustituto, más tarde a su mantilla favorita o un juguete. A medida que el niño crece, la red de vínculos crece para incluir muchas otras cosas y personas: el hogar, su cuarto, sus juguetes, sus amigos, sus hermanos, familiares, juegos favoritos y otras actividades.
El espectro de problemas que surgen de una incapacidad para vincularse va desde el autismo y el narcisismo a la incapacidad más "normal" y cotidiana que tienen las personas para comprometerse consigo mismas, con los seres queridos, con su trabajo o con un conjunto de valores éticos y morales.
Los vínculos y afectos están bajo la protección de Eros. Estos vínculos son primarios, profundos, sensuales y físicos. El vínculo inicial entre la madre y el niño involucra la más primaria función de mamar, que satisface el hambre físico y emocional del bebé y alivia su malestar.
Más tarde la intimidad con los amantes tiene algo de ese gran contacto físico, vulnerabilidad, confianza y saciedad de los deseos de cercanía, expresión y liberación sexual, de conocer y darse a conocer.
Conocemos a Eros cuando experimentamos una conexión apasionada con un paisaje en particular, o nuestro trabajo, con una actividad o religión, o con un modo de vida.
Sabemos que Eros está en función cuando nuestra conexión con algo es tan fuerte que
la idea de perderlo nos produce un daño intolerable. Sin Eros podemos nacer, pero nunca llegar a vivir: nuestras Almas nunca bajan a la tierra. Es Eros, la pasión, el vínculo, el deseo, inclusive la lujuria, quien nos hace sentir verdaderamente vivos.
Las elecciones que hacemos bajo la influencia de Eros son viscerales.
Nuestros cuerpos están vinculados a una persona, pero rechazan a otra. Pensamos en una actividad en particular, o una idea y nuestro cuerpo se aligera, se energiza, y está listo para ponerse en funciones.
Pensamos en otra cosa y nos sentimos pesados, lentos, inertes. Si nuestras mentes y cuerpos no están alineados, podemos tratar de movilizar el cuerpo para hacer lo que la mente quiere y como resultado andamos por la vida en un esfuerzo contínuo.
Si nuestras mentes y cuerpos están en armonía, con toda facilidad podemos prestar atención a las señales del cuerpo para tomar nuestras decisiones y entonces la vida fluye libremente.
.... Cuando nos convertimos en adultos hacemos un número de elecciones o compromisos. Naturalmente podemos hacer todas estas "elecciones" desde la base de la mente o el Ego exclusivamente, y en ese caso con seguridad seremos prudentes y prácticos. Pero esto suele requerir la eliminación de Eros.
Eros es parte del Alma, no del Ego.
A menudo reconocemos la llamada del Alma porque está en contradicción con lo que nuestro Ego más prudentemente aconseja.

1 comentario:

  1. Muy interesante reflexión. La leeré de nuevo... Gracias por compartir.
    Un abrazo.

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