Sin embargo, este deseo de cerrar algún trato para liberarnos del duro esfuerzo es tan humano y corriente que asombra encontrar a alguna persona que no haya hecho el pacto.
La opción es tan frecuente que, si tuviéramos que dar un ejemplo tras otro de mujeres (y hombres) que desean librarse de la tarea de cortar leña y vivir una existencia más fácil, perdiendo con ello las manos, es decir, el control de su vida, no terminaríamos nunca."
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